top of page
  • Spotify
  • Youtube
  • Black Facebook Icon
  • Black Instagram Icon
  • Black Pinterest Icon

TEMAS

Mantenernos Positivos y Felices de la Mano de Dios

Anchor 1
PERSONAS FELICES 2.png

La vida cotidiana a veces nos pone frente a preocupaciones, estrés o simplemente días grises. ¡Pero como hijos de Dios tenemos acceso a una alegría profunda y duradera! A continuación descubrirás cinco claves, basadas en la Palabra de Dios, (Biblica Catolica Latinoamerciana), para caminar cada día con positividad, felicidad y esperanza en el Señor.

1. Regocíjate en el Señor siempre

“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo repetiré: ¡Regocijaos!”
Filipenses 4,4

La alegría del cristiano no depende de las circunstancias externas, sino de la cercanía con Cristo. Haz de este versículo tu mantra diario: cada vez que sientas desánimo, repítelo en voz alta y permite que el Señor renueve tu corazón.

2. Cultiva la gratitud a cada paso

“Este es el día que hizo el Señor; nos gozaremos y alegraremos en él.”
Salmo 118,24

Anotar tres motivos de gratitud al despertar (familia, salud, un nuevo día) cambia tu enfoque de la queja al alabanza. Un corazón agradecido siempre encontrará razones para sonreír.

3. Confía en sus promesas de bienestar

“Yo sé muy bien los planes que tengo para vosotros —oráculo del Señor— planes de bienestar, no de desgracia, para daros un futuro lleno de esperanza.”
Jeremías 29,11

Cuando la incertidumbre te agobie, recuerda este texto: Dios traza caminos de bien. Escribe esa promesa en una tarjeta y llévala contigo: cada vez que la veas, tu fe se fortalecerá.

4. Sumérgete en la oración y la Palabra

“Me mostrarás el sendero de la vida; me saciarás de gozo en tu presencia.”
Salmo 16,11

Aparta un momento cada día para leer un salmo o un pasaje del Evangelio. Haz Lectio Divina:

  1. Leer despacio.

  2. Meditar qué te dice a ti.

  3. Orar respondiendo al Señor.

  4. Contemplar la acción de Dios en tu vida.

Así tu espíritu se llenará de gozo.

5. Comparte la alegría en comunidad

“Alégrense con los que se alegran; lloren con los que lloran.”
Romanos 12,15

La felicidad crece cuando se comparte. Únete a un grupo de oración, lleva un mensaje de ánimo a un amigo o celebra un logro de alguien más. Tu testimonio de alegría reflejará el amor de Cristo.

Conclusión

Ser positivos y felices no es ignorar las dificultades, sino anclar el corazón en la fidelidad de Dios.

 

Regocíjate, agradece, confía, ora y comparte: así tu vida será un canto de esperanza.

¿Cuál de estos pasos vas a poner en práctica hoy? ¡Déjalo en los comentarios y animémonos mutuamente en la fe!

hijos en la fe.png

 

Los hijos en el camino de

Dios

Formar a nuestros hijos como verdaderos “hijos de Dios” va más allá de transmitir conocimientos; es encender en ellos la chispa de un encuentro personal y viviente con Cristo. A continuación encontrarás cada clave con mayor profundidad, prácticas concretas y ejemplos que podrás adaptar a tu día a día.

1. Reconoce a tus hijos como don de Dios

“Mira, herencia del Señor son los hijos; premio, una recompensa.”
Salmo 127,3

  • Corazón agradecido
    Desde que despiertes, da gracias a Dios por el regalo de cada uno de tus hijos. Di en voz alta:

    “Señor, gracias por [nombre del hijo], por su sonrisa, su creatividad, sus ganas de aprender.”

  • Oración de bendición
    Antes de salir de casa o de que vayan al colegio, pon tu mano sobre su cabeza y dile una breve bendición:

    “Que el Señor te guíe hoy, que te llene de su paz y te proteja en cada paso.”

  • Álbum de gratitud
    Crea un cuaderno donde cada semana escribas o pegues una foto que capture un momento especial con ellos. Así aprenderán a valorar cada etapa de su crecimiento.

2. Enseña la fe con el ejemplo

“Y estas palabras… estarán sobre tu corazón; se las repetirás a tus hijos… cuando estés en tu casa y cuando andes por el camino…”
Deuteronomio 6,6-7

  • Pequeñas pláticas cotidianas
    — En el desayuno, comparte cómo viste la mano de Dios en algo sencillo (un buen clima, un almuerzo rico).
    — Al regresar de la escuela, pregunta: “¿Dónde estuviste más feliz hoy? ¿En qué momento sentiste la paz de Dios?”

  • Testimonios familiares
    Contar una vez al mes una experiencia de fe tuya (un favor concedido, una oración respondida) ayuda a que los niños interioricen que Dios actúa en la vida real.

  • Lenguaje de afecto
    Usa expresiones como “Dios te ama”, “Dios está contigo” cada vez que los abrazas o les das un beso de buenas noches.

3. Siembra en sus corazones la Palabra de Dios

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
Proverbios 22,6

  • Versículo de la semana
    Elige un texto breve (por ejemplo, “El Señor es mi pastor” – Salmo 23,1). Escríbanlo juntos en una cartulina y decórenla con dibujos.

  • Dramatizaciones familiares
    Recrea en casa escenas bíblicas con disfraces caseros: que los niños actúen como David y Goliat, o como Jesús calmando la barca. Esto refuerza la memoria y les hace vivir la Escritura.

  • Juego de preguntas
    En la sobremesa, propón un “trivia bíblico” adaptado a su edad: “¿Quién fue la mamá de Samuel?” o “¿Qué comieron los cinco mil?”. Premio: un aplauso familiar o un sticker con un versículo.

4. Cultiva la oración en comunidad

“Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
Mateo 18,20

  • Oración de gratitud en familia
    Cada noche, que cada integrante diga un motivo de agradecimiento. Empiecen con “Gracias, Señor, por…” y terminen todos juntos con un “Amén”.

  • Rosario adaptado
    Para niños pequeños, recen un Misterio del Rosario con frases cortas: “Ave María, llena eres de gracia…”. Usen dibujos para cada década.

  • Meriendas con oración
    Invita a otra familia o a los abuelos, y antes de comer hagan una breve oración compartida. Celebrar juntos fortalece los lazos y modela la fe comunitaria.

5. Acompáñalos a los sacramentos

“Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.”
2 Pedro 3,18

  • Preparación lúdica
    Para la Primera Comunión, diseñen un “pasaporte sacramental”: cada semana reciben un sello por superar un mini-reto (memorizar una oración, saber qué significa la Eucaristía).

  • Celebración familiar
    El día del sacramento, creen un pequeño rito en casa: enciendan una vela, lean juntos una estrofa de himno, tomen fotos y agradezcan con una oración especial.

  • Seguimiento constante
    Después de la Primera Comunión, invítalos a ayudarte a preparar las ofrendas o a leer lecturas cortas durante la Misa dominical. Sentirse partícipes profundiza su experiencia.

6. Modela el amor al prójimo y el servicio

“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir.”
Marcos 10,45

  • Obras de misericordia en casa
    Cada mes, elijan juntos una obra: “Visitar a un vecino anciano”, “Recoger víveres para el comedor parroquial” o “Escribir tarjetas de ánimo para los enfermos”.

  • Ministerio infantil
    Habla con tu párroco para que los niños participen en la colecta, en el coro infantil o en el taller de manualidades para eventos parroquiales.

  • Diario de gratitud y servicio
    Anima a tus hijos a escribir (o dibujar) en un cuaderno cómo ayudaron a alguien. Al final del año, hojearán la evolución de su corazón servicial.

Conclusión

Criar hijos enamorados de Dios requiere tiempo, paciencia y sobre todo coherencia. Al reconocerlos como regalo divino, educarlos con tu ejemplo, sembrar la Palabra, orar en familia, acompañarlos a los sacramentos y modelar el servicio, estarás trazando para ellos un camino firme hacia el corazón de Jesús.

¿Qué práctica implementarás esta semana con tus pequeños? ¡Cuéntanos en los comentarios y sigamos construyendo juntos una comunidad de fe!

familia y amigos.jpg

Familia y Amigos: Forjando Lazos de Fe y Amor

La familia y los amigos son el regalo más valioso que Dios nos ha dado para acompañarnos en el camino de la vida. Como católicos basados en la Palabra de Dios, estamos llamados a cultivar relaciones sólidas, fundadas en el amor de Cristo, la misericordia y el servicio mutuo.

 

A continuación encontrarás claves bíblicas y prácticas concretas para fortalecer estos lazos.

1. La familia: primer “pequeña Iglesia”

“Bendito el hombre que teme al Señor, y en sus mandatos se deleita. Será como un árbol plantado junto a corrientes de agua… Todo lo que hace prosperará.”
— Salmo 1,1-3

  • Reflexión: La familia es el núcleo donde aprendemos a amar, perdonar y servir. Cuando cada miembro respeta y vive los valores cristianos, somos como un árbol firme que da fruto.

  • Práctica: Inicien cada día con una breve oración familiar —un Padre Nuestro o un Salmo— para enraizar el corazón en Dios antes de afrontar la rutina.

2. El arte de la amistad cristiana

“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.”
— Proverbios 17,17

  • Reflexión: Un verdadero amigo comparte nuestras alegrías y acompaña en las dificultades. Jesús mismo nos mostró esta amistad al lavar los pies de sus discípulos (Jn 13,1-17).

  • Práctica: Identifica al menos un amigo a quien puedas enviar un mensaje de ánimo esta semana, recordándole que lo tienes presente ante el Señor.

3. Perdonar y pedir perdón: pilares del amor

“Sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó en Cristo.”
— Efesios 4,32

  • Reflexión: Ninguna relación crece sin la capacidad de perdonar. El perdón libera el corazón y restaura la comunión.

  • Práctica: Si hay algún malentendido en tu familia o círculo de amigos, da el primer paso: pide perdón con humildad o ofrece tu perdón sin reproches.

4. Compartir la fe en comunidad

“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras.”
— Hebreos 10,24

  • Reflexión: Crecer en la fe es más fácil cuando lo hacemos en compañía. La comunidad familiar y de amigos puede ser un auténtico “grupo de discipulado”.

  • Práctica: Organicen un pequeño grupo de lectura bíblica o un “círculo de oración” mensual en casa. Invita a familiares y vecinos a compartir un pasaje y cómo lo aplica cada uno en su vida.

5. Servicio mutuo: el amor hecho obras

“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir.”
— Marcos 10,45

  • Reflexión: Amar a familia y amigos implica también servirles con pequeños detalles: un favor, una escucha atenta, un acto de generosidad.

  • Práctica: Cada mes, elijan juntos una “obra de misericordia” (visitar enfermos, llevar comida a quien lo necesite, ayudar a adultos mayores) y pongan manos a la obra en equipo.

Conclusión

La familia y los amigos son tesoros que Dios nos confía para caminar unidos en la fe. Al orar, perdonar, compartir la Palabra y servirnos mutuamente, reflejamos el amor de Cristo que transforma toda relación.

¿Qué práctica vas a iniciar esta semana para acercarte más a tus seres queridos en Dios? ¡Compártelo en los comentarios y animémonos a construir puentes de fe y esperanza juntos!

Mujer orando_edited.jpg

Una Relación Viva con Dios

Tener una relación profunda con Dios no es solo conocimiento teórico, sino un camino de encuentro personal y constante con Cristo.

 

Aquí encontrarás pasos prácticos y bíblicos para crecer en intimidad con el Señor.

1. Búsqueda sincera del corazón

“Me buscaréis y me hallaréis, cuando me busquéis de todo vuestro corazón.”
Jeremías 29,13

  • Actitud de hambre espiritual: Reconoce tu necesidad de Dios. Antes de cualquier rutina, haz un acto de contrición: “Señor, anhelo conocerte más.”

  • Pregunta de apertura: En oración, repite interiormente: “Señor, ¿qué quieres decirme hoy?” y mantén tu corazón atento a su voz.

2. Permanecer unido a Cristo

“Permanezcan en mí como yo permanezco en ustedes.”
Juan 15,4

  • Lectio Divina diaria:

    1. Lectura: Lee despacio un breve pasaje (por ejemplo, un fragmento del Evangelio).

    2. Meditación: ¿Qué palabra o frase llama tu atención?

    3. Oración: Conversa con Jesús sobre lo que descubriste.

    4. Contemplación: Quédate en silencio, permitiendo que su presencia te llene.

  • Fruto del Espíritu: Identifica en tu día la paz, la alegría o la paciencia que provienen de esa unión con Él (Gálatas 5,22).

3. Oración constante y confiada

“Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes.”
Santiago 4,8

  • Oración de sencillez: Habla a diario con Jesús como a un Amigo. Puedes usar el “Ángelus” al amanecer, o una breve jaculatoria: “Jesús, en Ti confío”.

  • Silencio y escucha: Después de pedir, guarda un minuto de silencio. Dios también habla en el silencio del corazón (Salmo 46,11).

4. Alimentarse en la Eucaristía

“Yo soy el pan de vida… El que coma de este pan vivirá para siempre.”
Juan 6,35.51

  • Participación activa en la Misa: Canta, responde y acoge cada palabra como un mensaje personal del Señor.

  • Adoración al Santísimo: Dedica al menos 15 minutos a estar frente al Sagrario, contemplando el cuerpo de Cristo y abriendo tu vida a su gracia.

5. Crecimiento en comunidad

“Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
Mateo 18,20

  • Grupo de fe: Únete o forma un pequeño grupo de Biblia o de oración en tu parroquia. Compartir testimonios edifica la fe mutua.

  • Acompañamiento espiritual: Busca un guía o sacerdote con quien revisar tus inquietudes, recibir consejo y confesarte regularmente.

6. Vivir el amor con obras

“El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir.”
Marcos 10,45

  • Obras de misericordia: Practica visitas a enfermos, ayuda a los necesitados o comparte la Palabra a través de una llamada de ánimo.

  • Servicio generoso: En la familia, el trabajo o la comunidad, haz de tu día un lugar donde otros experimenten el amor de Dios a través de tu gesto.

Conclusión

Formar una relación con Dios es un proceso dinámico: buscas con el corazón, te alimentas de su Palabra, te nutres en la Eucaristía, te apoyas en la comunidad y sirves con amor. Al vivir estos pasos día a día, tu fe se volverá un diálogo vivo con el Señor, donde cada momento es oportunidad de crecimiento.

¿Qué paso vas a comenzar hoy? ¡Compártelo en los comentarios y animemos juntos nuestro caminar con Cristo!​​​

familia feliz AI.png

Matrimonio y Relaciones Familiares

El hogar cristiano es “la Iglesia doméstica” donde aprendemos a amar, perdonar y servir desde la vida matrimonial hasta la convivencia con los hijos y demás familiares.

 

Basados en la Palabra de Dios, comparto contigo claves prácticas y bíblicas para reforzar tu matrimonio y fortalecer cada vínculo familiar.

1. El Matrimonio como Sacramento de Amor

“Esposas, sométanse a sus esposos como al Señor… Esposos, amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella.”
Efesios 5,22.25

  • Reflexión: El matrimonio no es solo un contrato, sino un sacramento que representa la entrega mutua de Cristo por su Iglesia. Reconocerlo así eleva la relación a un llamado divino.

  • Práctica: Celebren juntos la Misa dominical como pareja, ofreciendo cada Eucaristía por la gracia de amar más al cónyuge.

2. Comunicación y Escucha Activa

“La respuesta amable calma la ira, pero la palabra hiriente aumenta el enojo.”
Proverbios 15,1

  • Reflexión: El modo de hablar puede construir o destruir confianza. Una palabra mesurada apacigua tensiones y abre espacios de reconciliación.

  • Práctica: Establezcan un “diálogo de amor” semanal: un espacio de 30 min en que cada uno comparte sueños, preocupaciones y agradecimientos sin interrupciones.

3. Perdón y Reconciliación

“Perdónense mutuamente como Dios los perdonó en Cristo.”
Colosenses 3,13

  • Reflexión: Ninguna relación crece sin la práctica diaria del perdón. El corazón herido sana cuando elegimos volver a empezar.

  • Práctica: Si surge un conflicto, deténganse, oren juntos un Ave María o un Padrenuestro, pídanse perdón cara a cara y abrácense.

4. Oración en Pareja y en Familia

“Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
Mateo 18,20

  • Reflexión: La oración compartida une corazones y atrae la presencia de Cristo al hogar.

  • Práctica:

    • Oración de pareja: Antes de dormir, recen juntos el Ángelus o un salmo breve.

    • Oración familiar: Al despertar o al cenar, cada miembro comparte una petición y una acción de gracias.

5. Educación y Fe de los Hijos

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
Proverbios 22,6

  • Reflexión: Los padres son los primeros catequistas; su ejemplo y sus valores moldean el carácter y la fe de los hijos.

  • Práctica:

    1. Lean juntos un versículo cada mañana.

    2. Conviertan ese texto en dibujo, canción o pequeña obra de teatro.

    3. Celebren cada logro espiritual con un “¡Bravo!” y un abrazo.

6. Servicio Mutuo y Roles en el Hogar

“Nadie busque su propio bien, sino el del otro.”
Filipenses 2,4

  • Reflexión: El amor matrimonial y familiar se manifiesta sirviéndose mutuamente: repartir tareas, cuidar a los abuelos, acompañar a un hermano en necesidad.

  • Práctica: Hagan un “plan de servicio” semanal: cada miembro elige una tarea (cocinar, limpiar, hacer la compra) y luego cambian roles para comprender la labor del otro.

7. Honra y Descanso

“Honra a tu padre y a tu madre… para que tus días sean prolongados.”
Éxodo 20,12

  • Reflexión: Respetar y cuidar a nuestros mayores enriquece la convivencia y prolonga la bendición sobre la familia. Además, el descanso (sábado o día libre) es don de Dios para reponer fuerzas.

  • Práctica:

    • Visiten regularmente a los abuelos o un familiar mayor.

    • Reserven un día a la semana sin tecnología: compartan juegos de mesa, paseos o lecturas.

Conclusión

Un matrimonio cimentado en el amor sacramental, la comunicación respetuosa, el perdón diario, la oración compartida, la transmisión de la fe y el servicio mutuo se convierte en testimonio vivo del Evangelio. Al honrar a nuestros padres y cultivar el descanso, mantenemos la armonía y recibimos la bendición de Dios.

¿Qué práctica vas a incorporar primero en tu hogar? ¡Compártelo en los comentarios y crezcamos juntos en el amor de Cristo!

​​​

trabajo y oracion.png

Vida y Equilibrio

La Vida Laboral y la Relación con Dios

Encontrar armonía entre nuestro trabajo diario y la vida espiritual es un desafío constante. Como católicos, estamos llamados a “trabajar como para el Señor” y a la vez “buscar primero el Reino de Dios” (Col 3,23; Mt 6,33).

 

A continuación te comparto un blog con claves bíblicas y prácticas concretas para integrar tu fe en cada jornada laboral.

1. Poner a Dios en Primer Lugar

“Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.”
Mateo 6,33 (Biblia Latinoamericana)

Reflexión: Si nuestra prioridad es la comunión con Cristo, Él proveerá fuerzas y sabiduría para todo lo demás.

Ejemplo práctico:

  • Oración de la mañana: Antes de encender la computadora o comenzar reuniones, detente 3 minutos para rezar un Padrenuestro o un “Jesús, en Ti confío”.

  • Recordatorio visual: Coloca una tarjeta con un versículo junto a tu escritorio como señal para reenfocar tu mirada hacia Él.

2. Trabajar con Espíritu de Servicio

“Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.”
Colosenses 3,23

Reflexión: Nuestro empleo diario puede ser santificador cuando lo ofrecemos como ofrenda a Dios.

Ejemplo práctico:

  • Actitud de excelencia: Realiza tus tareas con puntualidad y calidad, ofreciendo cada entrega profesional como un acto de alabanza.

  • Oración breve entre actividades: Al cerrar un correo importante, haz el signo de la cruz y di en voz baja: “Señor, que esto sirva a Tu gloria”.

3. Inserción de los Sacramentos en la Rutina

“Hagan esto en memoria mía.”
Lucas 22,19 (Eucaristía)

Reflexión: La Eucaristía es fuente y cumbre de nuestra vida cristiana; el Sacramento del Perdón nos renueva.

Ejemplo práctico:

  • Misa dominical obligatoria: Planifica tu semana laboral para asistir a la Misa del domingo.

  • Confesión periódica: Reserva una cita mensual con el sacerdote; consíderalo parte de tu “revisión de desempeño” espiritual.

4. Lectio Divina y Pausas de Oración

“Me mostrarás el sendero de la vida; me saciarás de gozo en tu presencia.”
Salmo 16,11

Reflexión: Leer la Palabra de Dios en medio del día renueva nuestro espíritu y claridad mental.

Ejemplo práctico:

  1. Lectio Divina exprés (5 min):

    • Lee un versículo breve (p. ej. Salmo 118,24).

    • Medita qué te dice para tu tarea actual.

    • Ora un instante y contempla su presencia.

  2. Jaculatorias: Ten presentes breve frases como “Señor, guíame” o “María, auxílianos” para soltar tensiones.

5. Administración del Tiempo y Prioridades

“Todo tiene su tiempo…”
Eclesiastés 3,1

Reflexión: Organizar bien la agenda evita la prisa y el estrés que nos alejan de Dios.

Ejemplo práctico:

  • Agenda semanal: Incluye bloques fijos:

    • Oración matutina (6 – 6:15 AM)

    • Lectio Divina a la hora de almuerzo (12:30 PM)

    • Descanso breve de silencio (4 PM)

  • Tareas esenciales primero: Atiende lo urgente y luego reserva espacio para lo importante (tiempo con Dios y familia).

6. Descanso Dominical y Tiempo en Familia

“Acuérdate del día de reposo para santificarlo.”
Éxodo 20,8

Reflexión: El descanso no es ocio inútil, sino regalo divino para recargar cuerpo y alma.

Ejemplo práctico:

  • No trabajar los domingos: Apaga correos y llamadas laborales.

  • Plan familiar: Dedica la tarde a un paseo, compartir la Misa y una oración en familia.

Conclusión

Un cristiano equilibrado es aquel que ofrece cada acción a Dios, organiza su tiempo sabiamente y no descuida los sacramentos ni el descanso. Al priorizar la oración, trabajar con excelencia, nutrirse en la Eucaristía y descansar en familia, tu vida laboral y tu relación con Dios crecerán en armonía y alegría.

¿Qué práctica implementarás esta semana? ¡Déjalo en los comentarios y motivémonos unos a otros a vivir en equilibrio por la gracia de Cristo!

  • Spotify
  • Youtube
  • Black Facebook Icon
  • Black Instagram Icon
  • Black Pinterest Icon

© 2025 Positiva, feliz y de la mano de Dios. Todos los derechos reservados. Sitio alojado y seguro con Wix.

bottom of page